Los lenguajes de autor suponen un gran avance sobre los lenguajes de programación, puesto que disponen de comandos específicos para aquellas tareas propias del proceso de instrucción, tales como el análisis de respuestas, recopilación de información sobre los resultados y procesos realizados por el estudiante, etc. Sin embargo, estos lenguajes siguen requiriendo un conocimiento sobre programación, ya que siguen utilizando comandos y sentencias que es necesario conocer para indicar al ordenador lo que debe realizar.
Un ejemplo de lenguaje de autor es el lenguaje
Tutor, cuya primera versión fue desarrollada en la Universidad de Illinois en
1959, por un equipo multidisciplinar, con el fin de facilitar que los
profesores pudieran crear su propio material educativo, este lenguaje
posibilitó un desarrollo importante de la EAO.
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